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Isco se adueñó del partido en el vicente calderón. (foto: getty)

Isco y la magia

Isco Alarcón volvió a deslumbrar con una actuación memorable en una noche de Champions League.

Por Josu Gogeascoechea

Twitter: (@josugoge)

Publicado: 2017-05-10

Los repliegues del Atlético de Madrid son de los mejores que tiene el fútbol europeo, donde, en algunos casos, pareciera que no cupiese ni un alfiler. Un hombre; sin embargo, se dio la maña para escabullirse por sus aberturas y romper las paredes con toques sutiles. A veces no se trata de la fuerza, sino del lugar.  

Su nombre de pila es Isco Alarcón, aunque en el vestuario del Real Madrid decidieron ponerle ‘Magia’. Sí, a él. Entre nombres llenos de gloria, quien solo suma 2 003 minutos en la temporada, por sobre los 2 767 de Luka Modric y 3 619 de Toni Kroos, tiene el lujo de llevar semejante apodo.

Y claro que se lo merece. En una zona clave del Vicente Calderón, ocupada por la intensidad, la pierna fuerte y el tumulto de hombres, el malagueño aparecía, repartía y se iba. Intercambiaba la vehemencia por la tranquilidad para ser el ansiolítico perfecto de un equipo que necesitaba respirar hondo.

El Real Madrid perdía 2-0 antes de los veinte, no contaba con el oxígeno de una cabalgada de Gareth Bale -ausente por lesión- y sabía que la única solución estaba en la cabeza. Esa que engañan los magos cuando están decididos a realizar el truco perfecto.

Mientras Simeone pedía no perder la cordura, el ‘22’ vestido de negro empezaba a aparecer, y desaparecer ¿Cómo no perderla? Tocaba y se movía. Conducía y asistía. Era incontrolable desde lo táctico y, también, desde lo psicológico. Había hecho lo que su mote le pedía: despistar a un público que ya estaba hipnotizado.

Tocaba dar el puntillazo en el momento exacto. Lo que para algunos es mover una carta o una flor; para él se trataba de empujar un balón. Y tras una jugada digna de un asistente que cualquier mago podría querer, pues lo que hizo Benzema no lo entendió ni Zidane, Isco confirmaba que en Cardiff habría una función más.

Su actuación se completó con 25 pases exitosos, sobre los 29 que hizo en el último tercio del campo. Pasando de puntitas por la que parecía iba a ser su última temporada en el conjunto blanco -ya lo desmintió-, el español que debería ser el reemplazante idóneo para Andrés Iniesta en su selección, le confirmó a Europa, una vez más, que la magia aparece cuando él lo decide.


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