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Parecía Derrota, pero apareció "la Pulga" en los descuentos para rescatar un empate que sabe a poco. | Foto: Líbero

A una pulga de la catástrofe

¿Es momento de la renovación en la selección?

Por José Alberto Silva

Twitter: @JoseAlbertoS18

Publicado: 2016-03-25

Cuando muchos daban por sentado que se consumaría una de las más grandes humillaciones en la historia de nuestra selección, Raul Ruidíaz saltó al campo de juego para decretar el empate agónico y evitar así una tragedia imposible de olvidar.

Y es que anoche, ante Venezuela, el delantero crema logró dibujarle una tibia sonrisa a la blanquirroja con apenas diez toques desde su ingreso en la complementaria (entre ellos una asistencia de gol y el tanto del empate). Mucho más de lo que consiguieron los denominados referentes en gran parte del primer tiempo. La pulga no solo se convirtió en el salvador de la noche consolidando el buen momento que atraviesa en su club, sino que también se dio la libertad de enviarle un mensaje subliminal a Ricardo Gareca: “llegó el momento de la renovación, profesor”.

Perú llegaba a este encuentro con la mayoría de sus principales figuras en un óptimo nivel. Guerrero, Pizarro, Vargas y Cueva generaban expectativa entre la afición desde el extranjero. Sin embargo, ninguno de los mencionados fue capaz de capitalizar este buen momento pese a que tuvieron chances concretas. Seguramente el caso de Paolo es el más alarmante, pues el ariete del Flamengo tuvo al menos dos ocasiones claras frente al arco resguardado por Alain Baroja. Guerrero se mostró ansioso durante grandes pasajes del partido. Es más, el gol del descuento llegó a partir de un remate intrascendente que, por suerte, el portero vinotinto no logró contener.

Mientras tanto, en la banca aguardaban por su oportunidad Benavente, Da Silva, Flores y el propio Ruidíaz. Precisamente a partir de estos dos últimos jugadores Perú alcanzó mejorar en el epílogo. Le cambiaron por completo la cara a la selección. Quizá debieron ingresar desde el arranque en la segunda parte, pero Ricardo Gareca, una vez más, se mostró dubitativo en los cambios, partiendo desde el once inicial.

El ingreso de Lobatón a los tres minutos del segundo tiempo da fe de ello. Demoraron mucho su entrada. Las circunstancias no estaban dadas para regalar minutos para ver si se originaba una capacidad de reacción con los mismos protagonistas del arranque. Al respecto, varias interrogantes saltan a la vista: ¿Cómo es posible que Farfán y Ascues sean titulares cuando uno no actúa desde su llegada a Alemania hace siete meses y el otro recién superaba una lesión? ¿Cuál es el criterio del estratega nacional? ¿Por qué no darles la oportunidad a otros jugadores que tiene continuidad en sus clubes? ¿Por qué no tomar a estos dos jugadores como una alternativa antes de una primera opción?

Urge derrumbar ese absurdo pensamiento el cual señala que los llamados jugadores jóvenes deben quemar etapas para consolidarse en la selección. Ayer, por ejemplo, el técnico venezolano alineó a un muchacho de apenas 18 años y otros siete futbolistas menores de 23 quienes hicieron su debut oficial con la vinotinto. Y vaya que les resultó. Gareca, en tanto, deberá, en la inmediatez de lo posible, resolver estas dudas de cara al próximo martes cuando visitemos a Uruguay.

Quizá Perú haya complicado aún más su camino en estas Eliminatorias y Rusia esté a mil años luz de aquí, pero al menos deberíamos afrontar el resto del torneo pensando en un futuro no tan lejano. Llegó el momento del recambio generacional. No podemos seguir dándonos el lujo de quemar más minutos. No hay más.


Escrito por

José Alberto Silva

Periodista informal. Amante de la cerveza y la lectura. Ferviente apasionado del fútbol. Intolerante al Ceviche.


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