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Pep va más allá de los  títulos: busca dejar su huella vaya donde vaya. | Foto: alexander Hassenstein

La Revolución Guardiola

Pensando con el balón. 

Pep, futuro entrenador del Manchester City, ha generado un cambio sustancial en el mundo del fútbol. A continuación, un exhaustivo análisis de su carrera, metodología, conceptos e influencias.

Josu Gogeascoechea (@josugoge)

Publicado: 2016-02-01

Pep, actual entrenador del cuadro alemán FC Bayern Múnich, ha generado un cambio sustancial en el mundo del fútbol. El deporte rey se debe jugar con la pelota en los pies.  

Transcurría el 1 de Julio del 2006 y Alemania venía de eliminar a Argentina – por penales – de la Copa del Mundo de ese mismo año. En las oficinas del diario ‘El País’, en España, el encargado de la sección deportes sumaba, al diario impreso, una columna de opinión escrita por Josep Guardiola, mejor conocido como Pep. La columna estaba titulada con el nombre de ‘A mi amigo’.

En la columna se pueden leer las palabras de Pep hacia José Néstor Pekerman, entrenador de la albiceleste en aquellos años, en donde el catalán, que nunca se había sentado en un banquillo como entrenador, le afirmaba al técnico campeón sub 20 con Argentina que éste se había equivocado. “Pekerman se equivocó. No tenía que defender el resultado. No tenía que jugar a la italiana…” fueron las palabras del jugador de Dorados de Sinaloa.

Ya pasaron más de once años desde aquel día y no queda duda que aquellas 535 palabras resumen la filosofía de uno de los mejores técnicos del mundo.

Su idea de juego

Josep Guardiola i Sala ha vivido siempre bajo la influencia de la escuela holandesa. Desde su llegada a las divisiones inferiores del FC Barcelona en 1984 hasta su debut con el equipo de Johan Cruyff en 1991, el de Santpedor ha sido cómplice directo del juego de posición de los catalanes.

El juego de posición, cuenta Óscar Cano – entrenador de fútbol – es “un estilo que trata de someter a los rivales a través de la sucesión de pases, desproporcionar sus distancias de relación en defensa partiendo de una premisa: empezar distantes para acabar reunidos en torno a la pelota, y tomando ventaja espacio-temporal en todo el proceso atacante. Es un tipo de juego basado en el pase inteligente, es decir aquel que hace que los sucesivos receptores tengan circunstancias ventajosas para seguir jugando”.

A diferencia del pragmatismo inglés – juego más condescendiente con la parte física – o el catenaccio italiano – que busca mantener el cero antes que anotar más goles que tu rival – el juego de posición busca la premisa de crear un juego asociado generando superioridades en distintas partes del campo y defendiendo el cero en base a la posesión del balón. Pep adoptó esta doctrina.

Diego Alonso Sáenz, editor y columnista de este mismo blog, nos comenta: “todas las maneras de jugar han ganado y perdido. Cada estilo ha tenido sus representantes y los seguirán teniendo. Lo que vemos no es más que el constante ciclo del fútbol: las tendencias y las modas, quizás a causa del resultadismo que agobia a este deporte, las suelen marcan los ganadores mientras son ganadores.”

Como podemos ver en la práctica, el sector favorito de Pep es el medio del campo y siempre buscará elementos tácticos para encontrar al hombre libre – pieza fundamental en el juego de posición – en esta zona del campo. Para poder dar con el ‘hombre libre’, los equipos de Guardiola buscan al tercer hombre, pero ¿qué es el tercer hombre? Dentro del ámbito futbolístico, hablar del tercer hombre es hacer referencia al jugador más alejado de la zona en la que el equipo contrario está ejerciendo presión. La función del tercer hombre es dejar de cara al arco contrario al compañero, que sería el ‘hombre libre’, para finalmente generar – a la espalda de la línea de presión – la superioridad buscada. En la siguiente imagen, tomada prestada de la cuenta Enric Soriano (@EnricSoriano_) podemos entender adecuadamente a qué hace referencia este concepto.

La búsqueda del tercer hombre se observa en distintos equipos del mundo (fuente: @enricsoriano_)

Al hablar de superioridades numéricas en distintas zonas del campo, es indispensable comentar acerca de la famosa ‘Salida Lavolpiana’, la cual hace referencia a una salida limpia desde el arco propio a través de una mayor cantidad de defensas propios por sobre atacantes rivales; es decir, si el equipo contrario ataca con dos delanteros, mi equipo – que defiende con dos hombres – suma a un mediocampista para crear un 3x2 y evitar los comúnmente llamados pelotazos. José Luis Lorenzo, en la página web de Martí Perarnau, nos muestra en imágenes cómo es que se realiza este tipo de salida desde el fondo.

MÉXICO, INFLUENCIADO POR  LAVOLPE, UTILIZA LA POPULAR 'SALIDA LAVOLPIANA' (FUENTE: WWW.MARTIPERARNAU.COM)

Como consecuencia de las superioridades numéricas, el juego de posición se caracteriza por siempre generar figuras geométricas a lo largo y ancho del campo de juego. Johan Cruyff – ex jugador y entrenador holandés – dijo alguna vez que el sistema 4-3-3 es fundamental dentro de esta idea de juego, ya que permite – con excesiva facilidad – la creación de triángulos y, agreguémosle, rombos.

Más allá de las superioridades numéricas, en el juego de posición existe la superioridad posicional, la cual hace referencia a que los distintos jugadores del equipo ocupen determinadas posiciones en momentos determinados que permitan superar el sistema defensivo del rival.

Finalmente, algo primordial en el sistema de juego propuesto por Guardiola en sus siete años (y un poco más) como entrenador profesional es la relación intrínseca que genera entre los sistemas defensivos y ofensivos. El último aspecto fundamental para entender la determinada ideología es la presión tras pérdida que han mostrado tanto el Barcelona como el Bayern Múnich; es decir, cuando la pelota pasa a posesión del equipo contrario, los jugadores más cercanos generan la presión para recuperarla inmediatamente. Sobre este aspecto, citemos a Johan Cruyff, quien dijo “¿Saben por qué el Barcelona recupera tan rápido la posesión del balón? Porque nunca tienen que correr 10 metros hacia atrás”. La página de análisis Táctica Barça nos enseña el concepto de gegenpressing del Bayern Múnich versión Guardiola.

LA PRESIÓN TRAS PÉRDIDA ES FUNDAMENTAL EN LOS EQUIPOS DE GUARDIOLA (FUENTE: TÁCTICA BARça)

Martí Perarnau, autor del libro ‘Herr Pep’, donde explica el primer año de Josep Guardiola en el FC Bayern, resume lo mencionado en dos palabras clave: idea e idioma. La idea es la esencia de un equipo y de su entrenador: es la síntesis y la vocación. El idioma, por su parte, es el método que permitirá expresar la idea en el terreno de juego. Es el conjunto de sistemas, ejercicios y principios que, a través del entrenamiento, se emplean para implantar dicha idea.

No queda duda que las relaciones de Guardiola a lo largo de su vida profesional no han sido pocas y – sin duda – han influenciado de alguna manera a sus equipos. Johann Cruyff, Ricardo La Volpe, Arrigo Sacchi, Carles Rexach, Louis van Gaal, César Luis Menotti, Juan Manuel Lillo y hasta el propio Marcelo Bielsa son algunos de los cuantos personajes importantes para la revolución generada por él, ya que el actual entrenador del FC Bayern afirma “yo no inventé nada. He robado lo máximo posible, de aquí y de allá, porque en definitiva las ideas no son de nadie”

La influencia de Cruyff – sin duda – es innegable. El holandés, quien fuera entrenado por Rinus Michels en aquel Ajax de ensueño siempre buscó ser diferente al resto en base a pensamientos distintos. Luego de algunos años, Michels desembocó en la ciudad condal y dio inicio a ese juego de pases, triangulaciones y defensa adelantada que se fue arraigando al ADN del jugador catalán con el paso de los años.

Con base en la escuela holandesa, Guardiola buscó otras influencias que lo ayudasen a fortalecer la idea de juego que tenía en mente. La ‘Salida Lavolpiana’, por ejemplo, era un concepto que era utilizado muchas veces en el fútbol mexicano desde los años 90 y Pep – durante su etapa en Dorados de Sinaloa – pudo acercarse a este instrumento para ampliar su gama de conocimiento.

Arrigo Sacchi fue el entrenador de, tal vez, el mejor Milán en la historia del fútbol adoptando – entre otras cosas – una defensa en zona que tenía como referencia cuatro puntos que debían ser tomados en cuenta para el posicionamiento de los jugadores: el balón, el espacio, el oponente y los propios compañeros. La defensa en zona siempre ha sido el as bajo la manga de los sistemas defensivos del entrenador catalán.

Finalmente, la relación de Guardiola con entrenadores argentinos como Marcelo Bielsa – a quien admira – y César Luis Menotti hizo que el de Santpedor siempre apunte hacia los sistemas ofensivos e intensos. Por otra parte, el catalán tomó como regla de oro esas palabras que siempre utiliza el Loco "En cualquier tarea se puede ganar o perder; lo importante es la nobleza de los recursos utilizados”.

No queda duda que el entrenador más ganador en la historia del Barça tiene grandes méritos y muchos argumentos a favor, pero es importante – también – explicar los errores dentro de su idea de juego.

En primer lugar, a pesar de que en la Bundesliga 2014-2015 batió récords en cuanto a goles encajados, la crítica sostiene que el sistema defensivo presentado por Pep tiene muchas limitaciones.

Jugar con una línea defensiva tan alejada de tu arco genera espacios que pueden ser atacados por jugadores de gran calibre como sucedió en los primeros minutos del Barcelona 3 – Bayern Múnich 0 por las semifinales de la última edición de la UEFA Champions League.

Como hemos mencionado anteriormente, los sistemas ofensivos y defensivos del de Santpedor se hacen uno para practicar un juego en espacio reducido, pero cuando la presión no es efectiva por parte de todo el equipo, salen a relucir las limitaciones mencionadas.

En segundo lugar podemos hablar del craso error que cometió Guardiola en aquel Bayern Múnich 0 – Real Madrid 4 por las semifinales de la Champions 2013-2014. Como él mismo ha aceptado, el error en aquel cotejo fue superponer la furia alemana antes que el frío análisis táctico para poder vencer el partido. El sistema que utilizó fue contra su idea – algo que jamás se perdonará – pues desprotegió el centro del campo planteando un 4-2-4 a través de una búsqueda latente por generar peligro, antes que por controlar el partido.

Como tercer y último punto, el gran reto de Guardiola – como mencionó Jair Villanueva, columnista en la página de investigación futbolística DeChalaca – “pasa por no ser previsible al tener la posesión del balón”; es decir, los equipos entrenador por el catalán no buscan el famoso ‘tiqui-taca’ – que para Pep es pasar el balón sin sentido – pero a veces caen en la horizontalidad.

En el partido mencionado anteriormente que enfrentó al Barça y al Bayern en el Camp Nou – estadio del club blaugrana - se pudo observar una posesión inocua del equipo bávaro. Debido a esto, las críticas alemanas no cesaron afirmando que Guardiola había ido en contra de la historia y estaba ridiculizando al equipo más ganador en Alemania, pues cabe recordar que el juego propuesto por entrenadores como Heynckes – quien entregó el primer triplete de la historia para el ex equipo de Claudio Pizarro – se caracterizaba por ser más directo y apabullar al contrario. Lo del nuevo entrenador es algo – como dicen muchos críticos – contracultural.

En fin, durante la historia del fútbol siempre habrá seres humanos que prefieran la posesión del balón, mientras que otros harán lo propio con el dominio del espacio. La revolución de Guardiola se caracteriza por, como hemos mencionado en este primer acápite, la primera, pues rompió los esquemas establecidos que se mencionarán a continuación.

La revolución

César Luis Menotti, entrenador de aquella selección argentina campeona del mundo en 1978, dijo alguna vez – para la Revista El Gráfico – que Guardiola “…arrasó con toda la trampa y la mentira, las aniquiló de tal manera que ahora hasta los italianos quieren tener la pelota y jugar…”.

Con respecto a las palabras de Menotti se pueden decir muchas cosas. Sí, algunos hablan de un punto de inflexión en la historia del fútbol desde la llegada de Pep al banquillo blaugrana, mientras que algunos otros prefieren decir que su éxito estuvo supeditado por los maravillosos jugadores con los que contaba, algo que el entrenador catalán siempre ha dejado en claro.

En conversaciones con Martí Perarnau, el ex atleta español comenta que “Guardiola ha sido un paso más en la evolución constante que vive el fútbol. Pero un paso de gigante, acompañado por las mayores victorias nunca vistas (los seis títulos en el mismo año) y un dominio jerárquico sobre los rivales que asombraron. En este punto, claro, el equipo de Guardiola pasó a la historia como uno de los más grandes, quizás el más grande de siempre.”

El fútbol – a lo largo de los años – ha vivido muchos periodos de cambio y ha contado con distintos personajes que han influenciado distintas épocas

Durante los primeros años de su existencia, el fútbol – nacido en Inglaterra – era visto como la predominancia de lo físico por sobre lo técnico. El 2-3-5, alineación conocida como la pirámide invertida, se encontraba en los primeros clubes que patearon una pelota. El juego inglés, compuesto por las posesiones largas y las gambetas, se enfrentaba a un juego escocés que implantaba un juego basado en el toque del balón.

Con el paso de los años y la llegada de este deporte a Europa Central, apareció quien sería uno de los primeros entrenadores en marcar una época dentro del juego. Su nombre era Jimmy Hogan e implantaba, en sus equipos, “el viejo juego escocés”, ese capaz de generar peligro en base al juego de posición. El entrenador del Reino Unido – como escribe Jonathan Wilson en ‘La Pirámide Invertida’ – consideraba que había que dejar que la pelota hiciera el trabajo, que las combinaciones rápidas y los pases eran preferibles a la gambeta – entendida como una posesión larga mientras tus compañeros te seguían por detrás – y que la técnica individual era crucial. Sin duda, en los inicios del siglo XX encontramos los primeros acercamientos a ese juego practicado por Guardiola.

Luego de algunos años, la ley del offside se modificó a la que hoy tenemos como regla – con dos jugadores detrás de la línea del balón para poder encontrarse en posición licita – generando más espacio para los delanteros y cambiando el juego de pases cortos por el de los pelotazos. Es ahí donde apareció Herbert Chapman, quien buscaba – al igual que Hogan – una reproducción del juego escocés que había enamorado Europa Central. Lamentablemente no pudo llevar a cabo su idea y terminó siendo un participe del juego de contraataque en base a la naciente alineación WM (3-2-2-3).

El juego directo se mantuvo a través del dominio que ejerció la selección italiana comandada por Vittorio Pozzo. El entrenador de la ‘azurra’ buscaba un juego práctico basándose en la recuperación en mitad de cancha para luego – con pelotazos – llegar a los delanteros y anotar los goles necesarios. El entrenador italiano, además, fue de los primeros en implantar la marca ‘hombre a hombre’ lo que para Guardiola, hoy en día, es algo poco efectivo.

Otra influencia para nuestro personaje principal llega con la aparición de la selección húngara que conquistó al mundo en base a su juego por los años 50. El equipo apodado como la Aranycsapat era reconocido por su constante movimiento y su figura de falso 9. Sí, aquella que instauró Pep con Messi cuando era entrenador del Barcelona, ya había sido utilizada por Gustáv Sebes, entrenador de aquella selección desde 1949 hasta 1956.

Los años 60 fueron dominados por el catenaccio y la antítesis del juego pregonado por Guardiola. Helenio Herrera, argentino de nacimiento, fue el entrenador de aquel Inter de Milán que - en base a una defensa férrea y un buen sistema de salida – pudo convertirse en el dominador de Europa.

Por fin llegan los 70 y la piedra filosofal de la estructura Guardiola. Jack Reynolds y Rinus Michels, puntos de base en la creación del juego posicional holandés, le dieron a la selección de los Países Bajos la alegría de un fútbol increíblemente estético. Los entrenamientos ya no predominaban la parte física y todo se realizaba con balón, la presión tras pérdida empezó a nacer y el 4-3-3 se volvió el pan de cada día para Michels, quien encontró en esa formación la oportunidad perfecta para no perder el medio campo.

Durante los 80, se volvió a retomar el énfasis por lo físico y la década se vio reflejada en aquel mundial de Italia 1990, donde se mostró muy poco juego y, en consecuencia, muy pocos goles con un promedio de 2,21 por partido, la más pobre hasta ese entonces.

A partir de los años 90 y hacia adelante el fútbol se enfrascó en un estilo más pragmático. Tanto los clubes como las selecciones nacionales basaban su juego en una búsqueda directa por encontrar el arco contrario. Las excepciones – ya que siempre las hay – las mostraron el Ajax de Louis Van Gaal y el Barcelona de Johan Cruyff, ambos entrenadores holandeses y fieles a la ideología de su país, a quienes se asemeja mucho Guardiola y su estilo, que empezó en aquel lejano 2008.

El 8 de mayo del año mencionado, la junta directiva de Joan Laporta – entonces presidente de la institución culé – hacía oficial la noticia de que Josep Guardiola i Sala sería el nuevo entrenador del primer equipo. Pep asumía la dirección técnica con 37 años luego de haber dirigido – y ascendido – al Barcelona B a la segunda división del fútbol español. La revolución hacia una nueva y perfeccionada idea global estaba por comenzar.

Como se ha descrito a lo largo de todo el reportaje, Pep basó su juego en lo que le implantaron sus distintas fuentes de conocimiento. El catalán, junto a una camada de jugadores magníficos, pudo ganar todo lo que estaba a su alcance mientras estuvo al mando del club de sus amores. A través del juego de posición – que ya conocemos – enamoró a un Camp Nou que llegaba de observar el debacle de Ronaldinho y del equipo de Frank Rijkaard – otro holandés que había hecho de las suyas en la ciudad condal.

Terminada su etapa en el equipo de Lionel Messi y compañía, y tras un año sabático que pasó en Nueva York junto a su familia, Pep Guardiola llegaba a Alemania – precisamente a Múnich – para tomar el papel dejado por Jupp Heynckes: sería el entrenador del equipo más ganador del fútbol teutón. El Bayern Múnich, el equipo acostumbrado al juego directo y de transiciones, sería su nuevo reto.

Llegada la tercera y última temporada de Pep en Alemania – tomará al Manchester City en el próximo verano europeo – se puede observar a un equipo muniqués completamente dinámico en su andar con la posibilidad de cambiar el famoso ‘número telefónico’ cuantas veces sea necesario durante un partido con la intención de romper a la defensa rival. Los elogios no han tardado en llegar y se ha afirmado que Guardiola regresa al fútbol de antaño donde aquel 2-3-5 era tendencia en la mayoría de equipos. Para entender un poco mejor la situación es necesario mostrar una foto tomada por el periodista Isaac Lluch en el Allianz Arena, donde se observa con claridad a los dos centrales fijados por el delantero del Colonia; los tres mediocampistas (dos de ellos laterales que toman posición de interiores cuando el equipo ataca) y los cinco delanteros.

EL BAYERN MÚNICH PRESENTANDO UN 2-3-5 FRENTE AL COLONIA ESTA TEMPORADA (FUENTE: @ISAAC_LLUCH)

El Bayern de Pep – como lo ha denominado Óscar Cano en su libro ‘Del Bayern de Múnich al Bayern de Pep – ya muestra la química que su entrenador quería cuando llegó para dirigir la orquesta en la temporada 2013/14. Guardiola no es fundamentalista y supo sumar a su idea los rasgos de la cultura futbolística alemana: su Bayern no es igual a aquel Barcelona campeón de todo y, así como puede anotarte un golazo en donde cada uno de los jugadores toca el balón como fue en aquel partido frente al Porto por la Champions League 2014/15, también puede realizar transiciones endiabladas – al estilo Heynckes – para anotar un gol que abra a una defensa cerrada. Los laterales cada vez entienden mejor su función como falsos interiores y la capacidad camaleónica para mutar de posiciones por parte de los once elegidos en cancha es digna de un equipo que entiende el fútbol a la perfección.

Ya no es necesario, para Pep, contar con ocho hombres en la medular porque, al fin y al cabo, todos sus jugadores tienen alma de mediocampistas. El gran ejemplo de esto sucedió en la quinta fecha de la fase de grupos de la Champions League 2015/16 en donde enfrentó al Olympiacos con un solo mediocampista natural como Arturo Vidal y, a pesar de eso, no recibió ningún remate entre los tres palos finalizando el partido con un resultado de 4 a 0. La ‘doble W’ de Pep dio resultado. 

la innovación de pep está dando resultado: siempre busca el arco rival (fuente: marca)

Después de conquistar el Camp Nou y el Allianz Arena a través de versiones mejoradas de la presión o marca zonal de Arrigo Sacchi, la salida limpia de Ricardo La Volpe, el juego ofensivo de la escuela argentina y la brillantez de la escuela holandesa, el hijo de Dolors Sala y Valentí Guardiola, quien – si no existiese el fútbol – hubiese seguido el camino de albañil de su padre, empieza a escribir su nombre en los libros de historia del fútbol mundial.

Frente a él se encuentra José Mourinho, entrenador portugués y su antítesis en cuanto a idea futbolística, quien ya contaba con un currículo más remunerado debido a su excelente trayectoria en clubes como el Oporto – donde ganó la Copa UEFA en 2003 y la Champions League en 2004 – o el propio Chelsea con quien conquistó seis títulos en poco más de tres años. El ‘luso’ buscaba conquistar el fútbol en base a un juego directo con un gran porcentaje de eficacia. Tanto su Oporto como su Chelsea han mostrado grandes cosas en materia defensiva para luego concretar las oportunidades en base a un excelente desequilibrio ofensivo.

Su rivalidad se basa en la lucha por dominar el juego actual y las estadísticas favorecen al catalán. En los 16 enfrentamientos en los cuales se han encontrado, 3 victorias han sido para Mourinho, 8 para Guardiola y 5 empates. Cabe resaltar, también, que es el portugués, junto a Jürgen Klopp – ex entrenador del Borussia Dortmund – quien de más títulos ha privado al catalán quitándole una liga española y dos Champions League.

“Básicamente, la rivalidad táctica ha consistido en una lucha entre balón y espacio. Pep intentó dominar a partir del balón y sus diferentes caminos y Mourinho respondió cerrando espacios y atacando aquellos de Guardiola que quedaban desnudos” fueron las palabras de Perarnau con respecto al tema en cuestión.

Los fundamentalismos no existen y las estadísticas no determinan quien es el mejor, pero los años le han dado la razón al exmediocampista del Barça. La influencia de Guardiola ha impregnado en distintos sectores del mundo, tal vez con la excusa de que copian al que gana, y lo ha hecho de la mejor manera.

El primer campeonato del mundo obtenido por España se dio con la base del Barcelona de Guardiola y con la búsqueda del juego de posición; lo propio hizo Joachim Löw – entrenador de la selección alemana campeona de Brasil 2014 – al establecer un juego posicional por sobre el clásico modelo alemán de frialdad y fuerza física.

No podemos afirmar cuánto tiempo le restará a esta corriente futbolística, eso lo dirá el destino; lo que sí podemos afirmar es que el fútbol visto durante los últimos años tiene su base en aquella persona cuyo nacimiento se dio un 18 de enero de 1971 en un municipio al norte de Manresa llamado Santpedor.

Conclusiones

En fin, a través de los años y en base a un estilo de juego arraigado desde su educación, Pep Guardiola ha podido repercutir de manera importante en los dos clubes en los cuales ha estado.

El catalán – influenciado por distintos personajes del contexto futbolístico – siempre ha basado su juego en la posesión del balón para con él defenderse y atacar simultáneamente.

El de Santpedor, sin duda, tiene tareas pendientes como la mejora de su sistema defensivo, pero en puntos generales sus equipos siempre han mostrado un nivel superlativo con lo cual ha podido conquistar 14 títulos con el club catalán y otros 5 con el club bávaro.

Su rivalidad con Mourinho, siempre desde el ámbito futbolístico, enriquece mucho el deporte rey, ya que ambos – desde mi consideración – son los mejores en el dominio del balón y espacio respectivamente.

No queda duda que lo realizado por Guardiola – guste o no – será digno de estudio en años posteriores pues su juego marcó una época en Barcelona continuándola en Baviera, ahora la gran pregunta es ¿podrá seguir marcando historia en Manchester? El tiempo lo dirá.


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Para qué se juega al fútbol

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