Corría el año 1998 cuando Mauro Cantoro reaparecía tras una prolongada lesión ante el desaparecido Lawn Tennis en el antiguo coloso de José Díaz. Pese a ser tan solo un niño, recuerdo con claridad que aquel encuentro fue uno de los más esperados en ese año por la familia crema. No solo por el regreso del goleador, sino porque Universitario se encontraba a una victoria de coronarse campeón del Apertura.

La celebración siempre estuvo asegurada con los goles del “Puma” Carranza y Roberto Farfán, pero el alma de la fiesta sería Cantoro, quien ingresaría sobre los minutos finales para encargarse de estremecer por completo las antiguas tribunas del Nacional. El popular “Toro” pegaba la vuelva en “U” para el deleite de la afición.

Aquel recordado partido marcaría el inicio del histórico tricampeonato merengue en donde Mauro, con más de 15 goles vistiendo la camiseta crema, lograría fundir su nombre en el corazón de la hinchada merengue. El “Toro” se despediría del club en 1999 durante la obtención del bicampeonato ante Alianza Lima, en Matute, con la consigna de volver y cumplir un sueño: despedirse del fútbol con la diez de Universitario en la espalda.

Sin embargo, hace apenas algunos días este sueño se convertiría en una pesadilla para todos aquellos quienes esperábamos ver nuevamente a este entrañable delantero vestido de crema luego que anunciara públicamente, a través de una emotiva carta, su retiro del fútbol profesional tras 22 años de carrera.

“Todos saben que mi sueño era retirarme con la camiseta de Universitario de Deportes, situación que finalmente no se produjo. Las cosas pasan por algo. No voy a negar que me causó dolor no cumplir ese sueño. Ojalá algún día no muy lejano pueda regresar al club para ayudar desde donde me toque”, publicó en su cuenta de Twitter. Y añadió: “No puedo negar la tristeza que me causa esta decisión, pero era algo que venía meditando hace tiempo. Estas decisiones son difíciles, pero llegan alguna vez”.

A través de estas líneas pudimos sentir el lamento del jugador de no poder retirarse con Universitario, pero quizá él desconozca que a nosotros nos duele mucho más que la brutal patada que recibió de parte de Juan Flores en el Miguel Grau. Y es que con su despedida del fútbol se esfuma la ilusión de varios verdaderos hinchas que, como yo, dejaron de ser niños hace bastantes años, pero que anhelaban en algún momento revivir cada uno de sus embistes de cara al gol.

Seguramente algunos tarden más días que otros en asimilar la idea de no volver a verlo enfundarse de crema. A partir de ahora tendremos que conformarnos con gritar sus goles en el campeonato de la Super Liga de Fútbol 7 y mantener así encendido este idilio eterno que mantenemos en común con este jugador de raza goleadora. Solo nos queda, mientras tanto, apelar a la frágil memoria de los dirigentes y esperar a que realicen algún partido de despedida en homenaje a un artillero inolvidable que pretendió entregar un último aliento por el club de sus amores. La hinchada, por nuestra parte, vivirá eternamente agradecida contigo. Hasta siempre, “Toro” Cantoro.