#ElPerúQueQueremos

Los Resultados de la última fecha doble dejaron a Pablo Bengoechea en el ojo de la Tormenta. | Foto: CMD

Enemigo público

Los últimos amistosos de la selección peruana de fútbol dejaron un saldo negativo y a Pablo Bengoechea como principal blanco de las críticas de la prensa deportiva. Algo entendible de no ser porque el análisis sensato y responsable se esfumó para dar paso a una demagogia tribunera la cual, lejos de fomentar el debate constructivo lo reduce a una indignación oportunista e inconducente.

Por Diego Alonso Sáenz

Twitter: @adictoalatrama

Publicado: 2014-10-18

Luego de la derrota ante Chile en Valparaiso y la más que discreta actuación de la selección peruana ante Guatemala se manifestaron nuevamente las voces de protesta en relación a la continuidad de Pablo Bengoechea al frente de la 'blanquiroja'. Tras 6 meses y disputados 6 amistosos desde que el uruguayo asumió el cargo, el funcionamiento del seleccionado genera más dudas que certezas de cara a la Copa América de 2015 a realizarse precisamente en tierras chilenas.

Dentro de este escenario es innegable la responsabilidad del entrenador ¿Pero qué sucede cuándo la crítica no contextualiza y cae en lo superficial? ¿Qué ocurre cuándo la descalificación excede el análisis futbolístico y deja de ser una opinión periodística para asemejarse más una campaña mediática?

Pareciese que el resultado del 'Clásico del Pacífico' caló en lo más profundo de nuestro lastimado orgullo futbolero. Incluso aquellos que hasta hace apenas unos días pedían paciencia en el análisis del actual proceso se entregaron la inconsecuencia de un discurso que, por enésima vez, abusa de los lugares comunes que suele provocar la derrota: la exageración de lo superfluo y la búsqueda de culpables. 

"El periodismo más que cuarto poder es el primer poder. No hay quien lo juzgue. Y si alguien osa hacerlo puede incurrir en un delito mucho más severo que el desacato. Es la casta más intocable entre todas las castas que la prensa propugna eliminar." 

Cabe citar a Dante Panzeri al ver a una prensa que cae en la demagogia y la utilización de argumentos como la desaprobación popular para descalificar el desempeño de un entrenador, que menciona el "depósito mensual de su sueldo" como el único objetivo de Bengoechea y que incurre en la irresponsable ligereza de opinar sobre puestos de trabajo cuando decidir la continuidad de un profesional no es una atribución periodística.

Se menciona la actitud de los jugadores como un problema y se responsabiliza al entrenador por ello aduciendo a su "falta de manejo". Si bien es cierto que el convencimiento es fundamental para la ejecución de una idea de juego, bajo el mismo criterio habría que adjudicarle la misma incapacidad a cada uno de los entrenadores que han dirigido la selección en el último tiempo. 

Se dice que Bengoechea no es lo que necesitamos, una sentencia que probablemente sea cierta pero que parte de un enfoque equivocado acerca de lo que debe cambiar en el fútbol peruano. Cada 4 años se repiten diagnósticos pesimistas y se buscan culpables con la idea de que el cambio individual, entiéndase presidente de la FPF y director técnico de la selección, es la solución mágica para revertir una realidad que tiene una explicación mucho más profunda.

No es la más mínima intención de quien escribe defender el mandato de Manuel Burga en la federación o eximir de responsabilidades al actual comando técnico de la selección. La tienen y cada uno en su respectiva medida. Sin embargo, el análisis no puede permitirse perder perspectiva ante cada resultado negativo hasta el punto de pedir cabezas y recurrir al "que se vayan todos" bajo la excusa del apasionamiento. 

La pregunta que habría que hacerse es si realmente se cree que los problemas del fútbol peruano empiezan y terminan en Burga. ¿Si es así dónde queda la responsabilidad de los clubes? ¿No son ellos los que nutren el universo de jugadores para la selección? ¿Acaso la pésima gestión deportiva de la mayoría y sus deficientes políticas formativas no influyen en el que cada vez se cuente con menos jugadores con aptitudes para destacar en el nivel competitivo internacional? ¿Y los jugadores? ¿El problema es exclusivo de los Bengoechea, Markarián, Del Solar, Autuori, etc? ¿Cual es la responsabilidad de nuestros futbolistas y por qué son tan difíciles de convencer?

Para que el verdadero cambio se produzca es necesario que cada uno de los profesionales involucrados en el ámbito futbolístico (dirigentes, entrenadores, futbolistas, periodistas, etc). asuma su condición como parte del problema y , desde su campo de acción, establezca un punto de partida para revertir la mala situación que vive el fútbol peruano. Dejar de lado el interés propio en beneficio del bien común. 

Por supuesto que la reestructuración de nuestro fútbol no implica sacrificar procesos o renunciar a la competitividad. Debemos tomar la Copa América y las Clasificatorias con total seriedad y aspirar a alcanzar un rendimiento que nos permita luchar por un cupo a la próxima Copa del Mundo, pero el principal objetivo debe ser aprovechar la competencia para consolidar un plan de trabajo y una identidad de juego que nos permita pensar en la clasificación a un mundial como un objetivo asequible en la continuidad del tiempo y no como la hazaña que venimos esperando hace más de 30 años.


Mientras eso no suceda seguiremos en la discusión inconducente, renegando de Burga, viendo como desfilan entrenadores por la Videna y tildándolos de incapaces luego de cada resultado negativo hasta convertirlos en el enemigo público de turno. Mientras tanto, el hincha continuará en la espera de ese "mesías" del fútbol que le devuelva la esperanza y consiga la ansiada clasificación al mundial, como si tan añorado objetivo fuese la solución a la larga lista de problemas que desangra a nuestro fútbol.  

Queda simplemente, estimado lector, una última interrogante qué hacerle: ¿Piensa ser uno más en el oficio de buscar y señalar culpables o está dispuesto a hacer algo constructivo y ser un verdadero agente cambio en beneficio del fútbol? La dejamos picando.



Escrito por

Diego Alonso Sáenz Sialer

Comunicador: Publicidad y periodismo. Idealista en @panzerismo y columnista editorial en @paraquesejuega. Mi opinión es simplemente eso.


Publicado en

Para qué se juega al fútbol

Porque el fútbol es un juego con el que se puede ganar dinero. Pero para ganar dinero tiene que ser juego. Si no se disfruta no es juego.